Si algo ha caracterizado a Xbox durante estos últimos años ha sido Game Pass. La barra libre de videojuegos de Microsoft es, sin lugar a dudas, una de las suscripciones más golosas que un jugador puede pagar. Además de acceso a los juegos, Game Pass Ultimate incluye Xbox Cloud Gaming, la plataforma de juego en la nube, que está muy bien pero peca de dos grandes carencias: el bitrate y que no todos los juegos están disponibles. Eso parece estar cerca de cambiar.
Cómo funciona Game Pass y la nube. Game Pass Ultimate incluye dos cosas: barra libre de juegos y Xbox Cloud Gaming. Todos los juegos incluidos pueden descargarse y ejecutarse en local, ya sea en PC o en consolas (puede haber alguna excepción), pero solo algunos títulos pueden lanzarse en la nube. Si te compras un juego que no está disponible en la nube no lo puedes jugar en la nube, solo en local. El soporte físico sigue siendo, de alguna manera, necesario en ciertos casos.
Esto no iba a ser así. Cuando Xbox Cloud Gaming se lanzó allá por finales de 2019 (entonces era xCloud), Microsoft dijo que en 2020 llegaría la posibilidad de “transmitir desde la nube los juegos de Xbox que ya poseen o que comprarán”. Es decir, el objetivo ha sido, desde siempre, llevar toda la biblioteca de juegos de Xbox a la nube. Han pasado ya cinco años desde ese anuncio y esa función no ha llegado, lo cual no quiere decir que no esté en el horno.
Project Lapland. Ese es el nombre interno del proyecto que busca conseguir ese objetivo, según desliza Tom Warren en The Verge. La idea es simple: poder jugar a los juegos independientemente del soporte, que no sea necesario tener ni una consola ni un PC. Que puedas comprar y jugar a juegos de Xbox en tu tablet, en tu móvil, formen o no parte del catálogo de Game Pass y/o Xbox Cloud Gaming.
Sarah Bond adelantó hace apenas unas semanas que esto sería posible en móviles a partir de noviembre, y ahora Warren ha desvelado que, según fuentes, esto ya está en fase de pruebas internas. Aparentemente, algunos empleados de Microsoft ya pueden jugar en Xbox Cloud Gaming diez juegos que no están disponibles en Game Pass, entre ellos ‘Metro Exodus’, ‘The Witcher 3: Wild Hunt’ y ‘High on Life’, por ejemplo. Cabe esperar que esta función llegue próximamente a los insiders y, posteriormente, al resto de usuarios.
El paso que la nube necesita. El problema que tiene la nube y, concretamente, los juegos en la nube es que los jugadores solo pueden acceder a los títulos compatibles. Plataformas como GeForce Now, por ejemplo, permiten acceder a más de 2.000 juegos en la nube, pero si el título que quieres jugar no está en el servicio no hay manera. O se juega en local, o esperas a que se añada o no se juega. Lo mismo con Xbox Cloud Gaming, el servicio de streaming de PlayStation, etc.
Hay otras alternativas que, en esencia, permiten alquilar un ordenador completo con Windows en la nube para no solo jugar, sino hacer lo que queramos con él. Un ejemplo sería Shadow, pero su uso no está tan extendido como el de Xbox Cloud Gaming, por ejemplo. Y además, nos limita a los juegos disponibles en PC, que no son todos.
El fin del formato físico. Esta posibilidad, la de poder retransmitir cualquier juego desde la nube, es un clavo más en el ataúd del formato físico. Ya no es que los juegos estén pivotando al formato digital, es que no va a ser necesaria una consola o un PC para jugar. Bastará con una conexión a Internet para abrir una tienda, comprar un juego y lanzarlo en la nube. Quizá Google Stadia no iba muy desencaminada.
Lo que Microsoft parece estar dibujando es un futuro en el que las consolas o el PC solo serán necesarias para exprimir al máximo los juegos. El streaming siempre acarrea compresión y algo de input lag, por muy potente que sea el servicio, así que los soportes físicos (con los componentes adecuados) que ejecuten el software en local siempre ofrecerán una experiencia más redonda en términos gráficos.
Ahora bien, el usuario más mainstream que no quiere gastar en una consola, no quiere comprar un PC, no le preocupa jugar en 4K a 240 FPS con ray tracing, pero sí quiere jugar, tiene en la nube un poderoso aliado. Con este movimiento por parte de Microsoft, el usuario dejaría de tener uno de los mayores límites del cloud gaming: el catálogo. Ahora solo faltaría que Microsoft mejorase el bitrate de Xbox Cloud Gaming, algo que, según las filtraciones, está en proceso.
En pocas palabras. Nos acercamos sin prisas pero sin pausas a ese futuro en el que la consola es una aplicación en la tele, en el móvil o en la tablet. Es probable que las consolas físicas no desaparezcan inmediatamente, pero que las compañías de videojuegos van hacia lo digital (véase la PS5 Pro sin lector de discos) y que la nube es cada vez un actor más importante en la industria del entretenimiento no es ningún secreto. Como tampoco lo es que las suscripciones, protagonistas indiscutibles de este nuevo-no-tan-nuevo escenario, serán una piedra angular.
Imagen de portada | Roman Odintsov