El MacBook Pro que ahora adorna el Museo Nacional de Historia Americana del Smithsonian no está allí por su maravilloso diseño. Ni por la potencia de su procesador. Este MacBook Pro con Touch Bar perteneció a un agente federal y se ha convertido en un símbolo de cómo la tecnología puede ser clave para la justicia. Contenía las claves que llevaron a la confiscación de 3.600 millones de dólares en Bitcoin, convirtiéndose en uno de los casos más importantes en la historia de las criptomonedas.
En 2016, Ilya Lichtenstein hackeó la plataforma de intercambio de criptomonedas Bitfinex, robando casi 120.000 bitcoins. En aquel momento, el valor de esos bitcoins era de aproximadamente 70 millones de dólares. Pero su verdadero impacto llegó años después, cuando el valor de las criptomonedas se disparó. Hoy esos mismos bitcoins están valorados en unos 8.600 millones de dólares.
El caso no solo fue un boom por la cantidad incautada, sino también porque se logró arrestar a los artífices: Lichtenstein y su esposa. Condenados a cinco años de prisión y 18 meses. Pero llegar a esta resolución no fue tarea fácil.
El agente especial del IRS, Chris Janczewski, se convirtió en el héroe de esta historia. A través de una investigación meticulosa logró rastrear las transacciones y finalmente identificar a los culpables. Su trabajo terminó en la mayor incautación financiera en la historia de Estados Unidos. Un reto prácticamente imposible al tratarse del rastreo de criptomonedas, pero que consiguió hacerlo.
Chris Janczewski utilizó la llamada “cadena de bloques”, que es un libro público de todas las transacciones de Bitcoin. Aunque las transacciones de Bitcoin son anónimas, el análisis de la cadena de bloques permite a los investigadores dar con patrones y conexiones que pueden llevar a los delincuentes.
A través del análisis de las transacciones y la información de otros departamentos de justicia, Chris pudo identificar a los infractores. Durante esta operación, se incautaron varios dispositivos electrónicos incluyendo las claves digitales de la mayoría de los bitcoins robados.
Gracias a la información contenida dentro del MacBook Pro y a las claves digitales recuperadas, el equipo pudo incautar fondos por un valor de aproximadamente 3.600 millones de dólares en el momento de la incautación en febrero de 2022. Hoy en día, el valor sería mucho mayor.
El MacBook Pro llegó al Smithsonian gracias a una recomendación del juez Zia Faruqui, quien reconoció la importancia del caso Bitfinex. El Mac está expuesto en la galería “El Valor del Dinero”. Para hacer reflexionar sobre hasta dónde debe y puede llegar la justicia y las nuevas formas de la economía global. Porque, aunque muchos aún no quieran verlo, las criptomonedas son una realidad tan innegable que ya tienen hasta su propia pieza de museo.