Llevo años trabajando con dispositivos Apple y, si hay algo que he aprendido, es que incluso el iPhone más potente puede ralentizarse con el tiempo. No es casualidad: el uso diario o las aplicaciones acumuladas afectan al rendimiento. Además, cada vez los sistemas operativos son compatibles con dispositivos más antiguos. Y aunque es una buena noticia, en ciertos aspectos iOS 18 puede pasar factura.
Hace poco, conversando con varios compañeros con los que trabajaba en un servicio técnico de Apple, confirmé algo que les decía también a muchos de mis clientes: la mayoría de los problemas de rendimiento tienen solución sin necesidad de comprarte el último iPhone. De hecho, aplicando estos consejos, he conseguido “resucitar” iPhones que parecían destinados a ir al cajón.
Después de años probando diferentes soluciones, he recopilado las que realmente funcionan y, como se suele decir, son las que le haría a mi madre si lo necesitase. Dependiendo del modelo de iPhone se notará más o menos. Y es que lo primero que tenemos que asumir es que la tecnología no es para siempre. Todo tiene un envejecimiento, desgaste y también nuestros usos van cambiando. Estos seis trucos te ayudarán a tener un mejor rendimiento del iPhone, pero si tienes un iPhone con muchos años, se notará algo menos la mejoría. Aun así, son métodos probados que los propios técnicos de Apple recomiendan.
¿Cuándo fue la última vez que reiniciaste tu iPhone?
No bromeo: el 80% de las personas con las que hablo no recuerdan cuándo reiniciaron por última vez su iPhone. Es como no apagar nunca el ordenador. El reinicio periódico (al menos una vez por semana) limpia la memoria temporal y soluciona muchos problemas de rendimiento.
¿Cómo hacer un reinicio correcto? Mantén pulsado el botón lateral y el de volumen hasta que aparezca el deslizador de apagado. Espera al menos un minuto antes de volver a encenderlo. Si tienes problemas más serios, prueba el reinicio forzado: pulsa y suelta volumen arriba, luego volumen abajo, y mantén pulsado el botón lateral hasta ver el logo de Apple.
Actualiza iOS, pero hazlo bien
Las actualizaciones no son solo por seguridad. Cada versión de iOS trae optimizaciones de rendimiento. Sí es cierto que, si pasas de una versión de iOS muy depurada como puede ser iOS 17.6 a un iOS 18, puedes notar una leve bajada de rendimiento. Aquí ya es entrar a valorar si prefieres un rendimiento algo menor (aunque no tiene por qué notarse) o perderte características y novedades muy interesantes. Por norma, siempre recomendamos actualizar, ya que con las sucesivas actualizaciones se consigue un rendimiento idéntico. Si no fuera así, todavía seguiríamos en iOS 5 por ese miedo a “las actualizaciones hacen a mi iPhone más lento”.
El espacio libre es tu amigo
Tu iPhone necesita al menos un 10% de espacio libre para funcionar correctamente. Ve a Ajustes > General > Almacenamiento del iPhone. Mi consejo: elimina aplicaciones que no uses, borra conversaciones antiguas de WhatsApp y traslada fotos y videos a iCloud. Hay muchas formas de liberar espacio en el iPhone, pero sin duda es de las cosas que más ralentizan el dispositivo. Intenta dejar mínimo 10 GB libres.
Las aplicaciones en segundo plano tienen gran culpa
¿Qué son las actualizaciones en segundo plano? Imagina que cierras una aplicación como Instagram o WhatsApp. Aunque no la estés usando, estas aplicaciones siguen “trabajando” en segundo plano: comprobando si hay nuevos mensajes, descargando contenido…
Un detalle importante: no confundas cerrar aplicaciones constantemente con gestionar las actualizaciones en segundo plano. De hecho, según Apple, cerrar y abrir aplicaciones repetidamente consume más batería y recursos que dejarlas en segundo plano. ¿Por qué? Porque cada vez que abres una aplicación desde cero, el iPhone tiene que cargarla completamente en la memoria, lo que requiere más energía.
Entonces, ¿qué debemos hacer? La clave está en el equilibrio. Ve a Ajustes > General > Actualización en segundo plano y considera:
– Mantén activas las aplicaciones que uses frecuentemente (WhatsApp, correo).
– Desactiva las que no necesitan actualización constante.
– No te obsesiones con cerrar aplicaciones continuamente.
– Solo cierra las aplicaciones que no vayas a usar en varias horas.
Aun así, si el rendimiento general del iPhone es realmente bajo, lo mejor es desactivarlas por completo. Tardarán algo más en abrirse al inicio, pero el funcionamiento del sistema será más ligero al no tener que cargar en la memoria RAM ni en el procesador el resto de aplicaciones abiertas en multitarea.
La batería y el rendimiento van de la mano
En Ajustes > Batería > Salud de la batería, puedes ver si tu iPhone está reduciendo el rendimiento para proteger la batería. Si la capacidad está por debajo del 80%, quizás sea momento de cambiarla en un servicio técnico oficial. Una batería degradada entregará una potencia menor al iPhone, lo que puede hacer que vaya más lento para garantizar un voltaje estable. En Ajustes > Batería, observa qué aplicaciones consumen más recursos. Si ves alguna que destaca especialmente, prueba a reinstalarla o buscar una alternativa.
El truco definitivo: restaura tu iPhone por completo
Si has probado todo lo anterior y tu iPhone sigue sin rendir como debería, llegamos a la solución final: restaurar el iPhone por completo. Suena drástico, lo sé, pero te sorprendería saber cuántos problemas de rendimiento he solucionado con este método.
¿Es seguro restaurar el iPhone? Totalmente. De hecho, es uno de los procedimientos más recomendados por los técnicos de Apple. Pero antes de lanzarte a ello, hay que hacer las cosas bien porque, para un resultado óptimo, no podemos aplicar una copia de seguridad. Inicia sesión con tu Apple ID y deja que iCloud sincronice tus datos esenciales. Reinstala solo las aplicaciones que realmente uses y configura las cuentas y ajustes desde cero.
Estas medidas resuelven el 90% de los problemas de rendimiento. Un iPhone bien mantenido es un iPhone rápido. Y en el caso de que ya no tenga remedio, planea hacerte con un iPhone nuevo.
