¿Te ha pasado que una persona no para de interrumpirte en una reunión de trabajo? O, bueno, incluso un amigo con el que quedas a tomar algo y nunca te deja explicarte por completo. Si no es así, es que esa persona entonces eres tú. Ahora, por fin, sabemos por qué algunas personas interrumpen constantemente.
Más allá de considerarse mala educación, los expertos destapan el significado psicológico detrás de este hábito. Da igual si es una reunión importante o una charla casual, hay quienes no pueden evitar cortar a los demás.
La psicología detrás de las interrupciones
¿Pero por qué algunas personas interrumpen tanto? La profesora Maria Venetis, de la Universidad de Rutgers, explica a The New York Times la razón de ello. Ser interrumpido constantemente puede sentirse degradante y condescendiente. Sobre todo en el ámbito laboral, pero también afecta a las parejas. Los expertos han identificado varios factores que pueden llevar a alguien a interrumpir constantemente. Y sí, aunque muchas veces es algo que se puede cambiar, hay otras en las que el subconsciente puede jugar una mala pasada.
– Necesidad de control: algunas personas interrumpen por impaciencia o para dirigir la conversación hacia sus objetivos. Puede suceder en entrevistas de trabajo o con jefes muy autoritarios.
– Patrón familiar aprendido: puede ser un comportamiento normalizado en su entorno familiar. Si para ellos es normal, nunca verán nada malo en ello hasta que se encuentren con una persona a la que le afecte y, por lo tanto, se lo diga.
– TDAH o falta de autocontrol: la Dra. Sharon Saline explica que las personas con TDAH pueden tener dificultades para controlar sus impulsos verbales. Esta causa es más psicológica y complicada de controlar. Además, puede estar relacionada con un entusiasmo desmesurado.
– Cuestiones de género: así es, un estudio de la Universidad George Washington reveló que los hombres interrumpen a las mujeres un 33 % más que a otros hombres.
Steve Jobs: el interruptor más famoso de Silicon Valley
Cuando hablamos de personas famosas por su tendencia a interrumpir, Steve Jobs es quizás el ejemplo más icónico en el mundo de la tecnología. El cofundador de Apple era conocido por su “estilo comunicativo directo” y a menudo brusco, que incluía interrumpir constantemente a sus interlocutores. Según Andy Hertzfeld, uno de los miembros originales del equipo Macintosh:
“Steve tenía la costumbre de interrumpir a la gente en medio de una frase, diciendo algo como ‘¡Tonterías!’ si no estaba de acuerdo con lo que estaba escuchando”.
En una declaración oficial tras su fallecimiento, Tim Cook (actual CEO de Apple) comentó: “El estilo de Steve era único. Podía ser brutalmente honesto y directo, pero esa franqueza nos empujaba a ser mejores y a pensar de manera diferente”.
Lo importante es ser conscientes de este comportamiento y entender cómo puede afectar a los demás. Respetar el turno de palabra y escuchar es esencial tanto a nivel personal como laboral. Si las interrupciones tienen una razón justificada, como en el caso del “estilo directo de Steve Jobs”, pueden tener su justificación. Aunque incluso él podía acabar frustrando a algunos compañeros, y no todos estaban dispuestos a soportarlo. Seguramente formase parte también de su técnica a la hora de elegir el equipo. Pero, salvo para dos o tres genios en el mundo, los expertos coinciden en que la clave está en encontrar el equilibrio entre expresarnos y dejar que los demás también nos digan las cosas.