La compañía danesa Novo Nordisk es una de las empresas más valiosas, sino la que más, de toda Europa. Su éxito se explica con un nombre: Ozempic, el fármaco que comenzó su andadura contra la diabetes y ha terminado siendo el mejor eslogan de las farmacéuticas en lo referente a tratamientos para bajar peso. Hemos hablado largo y tendido sobre el fármaco y sus variantes, incluso del lugar donde se produce, pero no de su gran paradoja.
Kalundborg, un pequeño pueblo costero de Dinamarca, ha recibido una inversión “monstruosa” de nada menos que 7.7 mil millones de euros por parte de Novo Nordisk, la empresa farmacéutica detrás de Wegovy y Ozempic. Desde entonces, el enclave se ha convertido en el centro de producción más importante de la semaglutida, el compuesto activo utilizado en ambos, lo que lo convierte en un punto clave para la industria farmacéutica danesa.
Sin embargo, a pesar de esta inversión millonaria, Kalundborg enfrenta grandes desafíos para atraer a residentes permanentes y se enfrenta a uno de los problemas de obesidad infantil más graves de la nación. Las escuelas locales están en muy mal estado y tienen dificultades para atraer profesores cualificados, lo que repercute en el rendimiento académico y en las expectativas de los estudiantes.
Contrastes y perspectivas se evidencian en el Gymnasium, la escuela secundaria de Kalundborg, donde los estudiantes expresan opiniones mixtas sobre el futuro del pueblo. La mayor de las paradojas se da por los problemas de salud de los jóvenes en un pueblo con la mayor planta de compuesto activo de Ozempic. A pesar de la actividad económica impulsada por Novo Nordisk, el mayor problema de Kalundborg es de salud pública: el pueblo se encuentra en el 5% más alto de toda Dinamarca en cuanto a tasas de obesidad infantil.
Depender de la industria farmacéutica plantea un riesgo conocido para Kalundborg, que ya vivió un declive industrial en el pasado. A pesar de todo, hay señales de desarrollo con la llegada de universidades y la inversión en educación y investigación en la ciudad.
Una cosa parece meridianamente clara a la vista de los acontecimientos. Para que el éxito económico se traduzca en un impacto positivo y duradero para sus habitantes, el pueblo de Kalundborg necesita soluciones que vayan más allá de la simple inversión económica, enfocándose en la mejora de servicios básicos, infraestructura y bienestar social.