Los bosques se llenan de color y de repente hasta el más recóndito y apartado parque urbano parece sacado de un lienzo de Claude Monet, cierto, pero el otoño tiene también sus hándicaps. El peor, probablemente: los días cortos, las noches largas y las jornadas pasadas por agua, con borrascas que en las regiones de clima atlántico pueden encadenarse hasta dejar semanas enteras en las que salir de casa sin un paraguas colgado del brazo supone casi una temeridad.
Cuando eso ocurre secar la colada puede ser un suplicio.
Un suplicio molesto, insalubre e incluso caro.
O al menos así es en los hogares de la mayor parte del mundo, donde para salir del paso se suele echar mano de secadoras que ocupan espacio y engordan la factura eléctrica, radiadores y estufas que no acaban de ofrecer una solución eficiente o tendederos de interior en los que las prendas cuelgan durante días sin que lleguen a secarse del todo mientras rebosa el cesto de la ropa sucia.
Salvo en Tokio.
Aprendiendo de Japón
Allí han dado con la forma de secar la ropa en otoño e invierno de forma eficiente, rápida y sin malos olores. En la capital japonesa, una ciudad de clima subtropical húmedo, generosa en lluvias y donde abundan además los pequeños apartamentos —tanto y tan pequeños que en ocasiones es necesario hablar de “microviviendas”— han desarrollado una técnica para mantener sus prendas limpias y bien aireadas todo el año. Y sin ayuda de secadoras.
El sistema se llama “arcoíris colgante”, y si bien suena un poco poético es en realidad una descripción gráfica de cómo debe disponerse la ropa.
El primer paso es buscar una estancia de la vivienda bien aireada, por la que circule el aire y que a ser posible se caldee con el sol durante parte del día. Allí instalaremos nuestro tendedero, barra o cuerda, en la que —y esta es una parte clave de la técnica— dispondremos las prendas en forma de arcoíris.
¿Cómo? Intentando que la ropa dibuje una “U” invertida, con lo que las prendas más largas quedarían en los extremos y las más cortas se irían distribuyendo de forma escalonada hacia el interior. En el portal inmobiliario nipón Apts, orientado precisamente al arrendamiento en Tokio, incluyen incluso un gráfico sobre cómo debería disponerse la ropa para lograr un secado eficiente y rápido.
“Cuando cuelgues la ropa, deja espacio suficiente para que el aire circule. La humedad de Japón puede hacer que el aire parezca más pesado, lo que indica que la ropa tardará más en secarse —abunda la plataforma—. Un buen truco es colgar las prendas en forma de arcoíris, enganchando las más largas en los extremos y las más crotas a medida que se avanza hacia el interior. En el caso de las toallas, cuelga un lado más largo que el otro para que circule mejor el aire”.
Según sus cálculos, la técnica permite un ahorro considerable de tiempo. Si secar una colada disponiendo la ropa en forma de “V” puede llevar cuatro horas y media, clocarla como una “U” invertida permite reducir ese tiempo a solo cuatro horas.
No es lo único que deberás tener en cuenta. Si quieres un buen secado y evitar que tus prendas cojan olor a humedad, Apts aconseja también no dejarlas más tiempo del estrictamente necesario dentro de la lavadora. Y eso pasa por retirar la ropa de forma “inmediata”, sin esperas, una vez ha concluido el ciclo de lavado.
El objetivo: que secar ropa en otoño e invierno sea menos suplicio…
…sin necesidad de dedicar espacio y dinero a una secadora.